miércoles, 11 de noviembre de 2009

Uno de los primeros que leí de principio a fin, fue el Rocas en el Oleaje de Abelardo de Armas. La lectura es sencilla y siempre actual: la búsqueda de la felicidad; que en resumen es la búsqueda de Dios. 
A continuación les transcribo el Pórtico del libro escrito por nuestro Padre Tomás Morales, S.J.. Les invito a leer estas líneas y se animen a leer el resto del libro...
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ROCAS EN EL OLEAJE. Verdades contundentes y luminosas. Sofismas se estrellan contra ellas, y, como espuma, se deshacen los "slogans".

 

Disipan nubes de perplejidades y dudas de cuantos creen que la única verdad es la búsqueda, la mejor fe, la duda.

 

ROCAS... Fuerza y serenidad despertando voluntades adormecidas. Rapto, -hábilmente programado, de la voluntad, sobre todo entre la juventud.: La droga más terrible y perniciosa. Ideologías marxistas ahí dirigen los tiros. Secuestran la voluntad para mejor manipular la persona. Es el objetivo de la guerra fría que desencadenan ante la indiferencia pasiva de una sociedad apática.

 

ROCAS..., un libro que desempolva técnicas de una vieja y fecunda pedagogía. Arrinconada por algunos, desconocida por muchos, y avalada, sin embargo, por milenios de experiencias enriquecedoras.


El autor está convencido, con Juan Pablo II, de que "nuestro tiempo exige personalidades maduras y equilibradas, pues la confusión ideológica origina personalidades inmaduras y deficientes" (Juan Pablo II, octubre 1979)

 

ROCAS... se asienta en el eje diamantino, veinte veces secular, de la pedagogía cristiana. Respeta y potencia la dignidad de cada persona humana. La educa íntegramente en el desarrollo armónico de sus .facultades. Instruye la inteligencia, sí, pero no descuida tensar la voluntad.

 

No le asusta troquelar caracteres enérgicos y constantes, aunque "el esfuerzo moral hoy no está de moda". Sabe que "el cristianismo es palestra de energía moral, escuela de autodominio, iniciación al coraje y al heroísmo"(Pablo VI, 12-2-1964). Es la Iglesia de siempre lanzando hombres a la conquista de una "libertad liberada" (San Agustín, PL 669), liberada de esclavitudes interiores, de asaduras externas.

 

El autor se sustrae al engaño falaz del humanismo ateo, que quiere engrandecer la persona, y la pulveriza, la inmola en aras del colectivismo totalitario. La esfuma en el anonimato de la masa. Pretende divinizar al hombre, y lo decapita. Corta la flor para que crezca más, y se seca. Incomunica al hombre con Dios, y le extirpa la raíz del crecimiento al amputarle su dimensión espiritual.

 

ROCAS... no se deja deslumbrar por el materialismo dialéctico que acogota la libertad, tritura la personalidad y, con palabras equívocas y "slogans" efectistas, seduce a muchos al presentarse como libertador de esclavitudes y campeón de derechos humanos.

 

Densa confusión ideológica envuelve las mentes. Nos movemos en una nebulosa. Se niega la trascendencia o se confina en un vago escepticismo de índole emotiva. Consecuencia lógica. crisis radical de todos los valores, no nos entendemos como hermanos. Una situación dramática. Inquietud social, incertidumbre, vacilación, duda, angustia, soluciones improvisadas abocadas al fracaso.

 

La pedagogía, arte de modelar corazones e inteligencias, se resiente. Se duda de todo. Se ensaya cualquier generalidad caprichosa, cualquier ocurrencia improvisada. Se pierde la serenidad -primera cualidad del educador- y la inseguridad avasalla a los padres, maestros, autoridades. No saben ya qué hacer con los hijos, discípulos, gobernados. Han perdido la brújula. En la noche han apagado los faros..., y siguen conduciendo "por derroteros que llevan al abismo almas y cuerpos, buenos y malos, civilizaciones y pueblos"(Pio XII, 10-2-1952).

 

En un mundo afligido y atormentado por tanta duda y angustia, erosionado por- la rebeldía sistemática, ROCAS... quiere ser dócil a Juan Pablo II. Pretende ser "misionero de la Certeza, la Verdad y el Amor"(Juan Pablo II, 19-8-1979). Comprende con certera intuición que hoy navegamos despistados por la perversión ideológica y zarandeados por la corrupción moral, que es su secuela. Sabe que, "precisamente por esto, el mundo moderno está en afanosa búsqueda de modelos", y, como no los encuentra, "queda las más de las veces defraudado, vencido, humillado"(Juan Pablo II, octubre 1979).

 

ROCAS... quiere hacer surgir "personas maduras que sepan controlar su sensibilidad, asumir papeles de responsabilidad y de guías, realizarse en el lugar y trabajo en que se encuentren", y llenas de "serenidad y valor para aceptar la realidad como es, sin críticas depresivas ni utopías, para amarla y servirla" (Ibíd.)

 

Nos brinda un camino para ayudar a nuestros hermanos a salir de una encrucijada, quiere convertirnos en, con y por Cristo, en testigos de la Verdad, pues "el hombre escucha mejor a los testigos que a los maestros. Si escucha a los maestros es porque son testigos. Experimenta repulsa a lo que pueda aparecer como fachada, compromiso inauténtico"(Pablo VI, 2-10-1974).

 

Nos quiere recordar que "de lo que más necesitado está el mundo de hoy no es de ingenieros, ni de economistas, ni de sociólogos, por importante que esto sea. Lo que necesita es grandes inspiradores que puedan guiar a la humanidad hacia sus verdaderos destinos, es decir, .santos, testigos vivientes de lo eterno" (Pío XII). "Testigos de una realización plena de los valores humanos, muy lejos de sistemas antropocéntricos y opresores, y muy, cerca de la Fuente misma de la Vida, Jesucristo" (Pablo VI, Ibíd.). Y de Jesucristo conocido, amado, vivido en el corazón de la virgen, pues "nadie como María puede introducirnos en la dimensión divina y humana del misterio de la Redención"(Juan Pablo II, Redemptor hominis, 4-3-1979, n.22)

 

Es el amor a la "Madre de nuestra Confianza" (Ibid) el que ROCAS... quiere esculpir en el corazón de sus lectores, siguiendo el ejemplo del Papa, abandonándose en Ella y grabando en su escudo un lema apasionante: Totus tuus. Al calor de su mirada emergen rocas en bravío oleaje. Rocas, no corcho, pero revestidas de musgo. Hombres firmes, pero irradiando suavidad y tacto. El autor hilvana ideas, narra anécdotas, aporta vivencias y todo lo borda en sólido cañamazo: la pedagogía cristiana troquelando hombres y santos.

 

Pedagogía siempre abierta a nuevas adquisiciones y .siempre también anclada en lo que brinda como permanente el sentido común y la psicología humana. Pedagogía de una Iglesia en progreso incesante, "pero a la luz de toda la santa Tradición y sobre la base del constante Magisterio eclesial"(Juan Pablo II, 6-11-1979). Una Iglesia ".siempre" la misma, y siempre en vías de rejuvenecimiento y actualización..., que no se doblega a la moda de los tiempos, pero se enriquece en continua renovación con nuevas aportaciones y experiencias"(Pablo VI, 8-3-1974).

 

Partícula viva de la única Iglesia, la Milicia de la Virgen forja hombres, rocas que emergen del oleaje. Encuentra siempre "en sí misma, como cuerpo que despierta del .sueño, más frescas y vivas energías" (Ibíd.). Cimentada en eternos fundamentos, es edificio siempre en construcción. Fijeza y novedad le dan consistencia y crecimiento. Tiende siempre a una renovación continuada de vida (Rom 6.14), en la fijeza inconmovible de la fe (1 Pe 5,9).

 

8 diciembre 1980, Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Tomás Morales, S.J.

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